Título: Ángeles y Demonios
Autor: Dan Brown
Serie: Robert Langdon
Tomo: 1
Ángeles y Demonios fue un libro que
le regale a mi padre y que termine leyendo antes que él. La historia sigue a
Robert Langdon, un experto en simbología catedrático de la universidad que un
día cualquiera es convocado a un centro de investigación suizo para investigar
las extrañas marcas dejadas sobre el cadáver de un científico. Robert descubre
con horror y fascinación que se trata de las marcas utilizadas por los “Illuminati”
una sociedad secreta que los historiadores creen perdida.
Pese a las
aparentes pruebas Robert se niega a reconocer que los Illuminati han regresado
en busca de venganza contra la iglesia católica, eso hasta que es testigo de un
comunicado. Los Illuminati anuncian que han escondido una bomba en el Vaticano,
se lleva a cabo la elección del nuevo Papa y los máximos dirigentes de la
iglesia estarán presentes. Robert, en compañía de Vittoria Vietra (una
brillante científica), debe buscar el antiguo camino de la iluminación propio
de los Illuminati y detener aquella locura.
Pues bien,
para quien lleve rato en el blog deberá saber que me estrene con Brown gracias
a INFERNO que me gusto sobre manera y me hizo
nacer la emoción por La Divina Comedia. Para Ángeles y Demonios, sin embargo,
pude constatar que el autor utiliza una misma fórmula. Hay un inmenso problema que pone en alto
riesgo a la humanidad —o parte de ella—, el profesor Langdom se ve
involucrado (cual agente secreto del Interpool) y en compañía de una mujer
misteriosa y despampanante salva el día con mucho arte de por medio. Ahora, no
me estoy quejando, la formula funciona bien y te entretiene, el problema que
tuve con Ángeles y Demonios fue un poco más personal.
La trama
gira en torno a los Illuminati que quieren destruir a la iglesia y la iglesia
intentando defenderse con Robert y Vittoria como aliados, todo ocurriendo en un
solo día. Ya desde el principio todo va de enormes coincidencias y de que
Langdom es un jodido genio JO-DI-DO, así con letras mayúsculas. No solo es
capaz de entender el complejo sistema de la librería del Vaticano en menos de
quince minutos y encontrar lo que busca (que yo me pasaba una hora en la
infoteca con ayuda y todo), es capaz de seguir el camino de la Iluminación
encontrando cada nuevo señalador en menos de una hora, ¿menos de una hora en
encontrarlo y transportarse?, ¿estas bromeando?, pero bueno, le compro la idea
del súper genio. Lo que si me toco las narices es que el personaje más heroico,
limpio e inspirador de toda la historia se haya convertido en una piltrafa
demente en la recta final, todo porque quería sorprender al lector.
Cierto, hubo
partes que disfrute, sobre todo cuando a arte nos referimos, Dan Brown te hace
sentir que una estatua es perfecta y quisieras estar ahí para verla y suspirar
por ella. En esta ocasión sabemos bastante de la vida de Galileo y detalles
sobre Miguel Angel y Bernini; sobre todo te dan unas ganas enormes de irte de
vacaciones al Vaticano y disfrutar de lo lindo admirando esculturas.
Yo
le otorgo 8/10, al inicio me costó arrancar, en la parte media devore el libro
con singular alegría y al final me enfade porque los cambios locos de trama
para sorprender al lector no son algo que aprecie precisamente. Pero en general
es un libro agradable, con mucho arte para sumergirse y disfrutar.
Eso sí, para
ser el primer libro de la serie lo cierto es que de Robert no sabemos casi nada
y son sus acciones más que cualquier otra cosa las que nos dan una idea
aproximada de su personalidad. Y por cierto, ¿Qué fue ese sueño del inicio que
se repite al final?, ¿vidente?, ¿o recordaba a otra mujer y le cambió el rostro
luego de su aventura?, en fin.
Le dejamos 4 estrellitas en Goodreads
Ficha en Goodreads
soy fan de Brown, sus historias llenas de enigmas, aventuras *-*
ResponderEliminarmuero por ver ya la adaptación de Inferno en el cine
Fijate que yo no he visto las otras pelis, a ver cuando me pongo un maratón de Tom Hanks.
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