Título: Fairy Tail
Autor: Mashima Hiro
Tomos: 63
Capítulos: 545
Fairy Tail es un manga shonen que por un tiempo intentó competir con los
grandes del shonen, ahí donde esta Dragon Ball con Goku, Naruto y sus ninjas, One
Piece y sus piratas; sí, por un tiempo Fairy Tail pareció ser otro de los
grandes del shonen… por un tiempo solamente. Pero vamos a la historia.
La trama del manga inicia con Lucy Heartfilia, una
joven de diecisiete años que busca unirse al famoso gremio de magos “Fairy
Tail” —y sí, estamos en un mundo donde las personas pueden usar magia—, hay distintos tipos de magia y los magos se especializan de acuerdo al
estilo que poseen. Lucy es una maga que se especializa en espíritus
celestiales, es decir, invoca a diferentes espíritus quienes acatan sus órdenes
(en la mayoría de los casos).
Los magos talentosos suelen unirse a gremios
mágicos, existen diferentes tipos de gremios y las personas suelen acudir a
ellos para realizar diferentes tareas, cumplir misiones u obtener recompensas.
De todos los gremios Fairy Tail destaca por ser un gremio problemático, sus
miembros son excéntricos y crean el caos allá por donde pasan. Pero dicen que
los magos más fuertes se encuentran ahí y Lucy desea ser parte de esa gran
familia.
En su aventura por unirse al gremio Lucy se
encuentra con Natsu, un joven ruidoso acompañado de un gato parlante, Happy, lo
que la joven no se imaginaba es que Natsu es en realidad Salamander, un
reconocido mago de Fairy Tail quien fue criado por un dragón obteniendo así sus
habilidades, es decir, Natsu es un “Dragon Slayer”. Como la chica le cae en gracia Natsu accede a
llevarla con él al gremio; pronto Lucy descubre que en semejante lugar no hay
pizca de sentido común, en Fairy Tail
las peleas saltan por cualquier nimiedad, hay un tipo que se desnuda sin que
venga a cuento, hay quien se emborracha como si no hubiera un mañana y es tal
la algarabía que apenas se puede entender qué está pasando.
Pero de cualquier manera Lucy no se desanima y con
ayuda de Natsu pasa a ser parte del gremio, pronto se vuelve integrante de un
curioso equipo junto con Gray, un joven que controla la magia de hielo, amigo y
archirrival de Natsu, Erza, una joven pelirroja que es tan fuerte y tiene tan
poco sentido común que realmente asusta, Natsu y Happy.
Juntos los cinco viven grandes aventuras mientras
más personajes, rivales y enemigos van sumándose a la ecuación.
Y así, en pocas palabras, tenemos la trama del
manga, un gremio alocado de magos cumpliendo misiones mientras se va develando
el pasado de los miembros y se avanza lentamente hasta enfrentar al enemigo
final.
Fairy Tail, como cualquier manga, tiene sus buenos
puntos y sus malos puntos, tristemente conforme el manga se acercaba al final
los malos puntos fueron superando a los buenos (como suele pasar con los
dibujantes shonen que parece que no planean bien su historia y al final acaban
con el malo como pueden). Pero vamos por orden.
Cuando empecé a ver Fairy Tail lo hice solo por una
razón, me dijeron que a diferencia del resto de los shonen aquí las mujeres
también eran fuertes y no necesitaban que los hombres las rescataran. Eso puede
que al principio fuera cierto, y de hecho Erza siempre fue un personaje fuerte,
capaz y al que disfruté. Pero lo cierto es que conforme se fue avanzando en la
historia las chicas fueron decayendo en poder hasta que al final tuvimos la
escena de “damisela en peligro”. El mismo cliché de siempre.
Otro punto que tenía Fairy Tail es que tenía
fanservice, pero no solo del tipo “mira las pechugas que me cargo” como en One
Piece, los fans se complacían en decir que en Fairy Tail había fanservice tanto
para hombres como mujeres y ya veíamos a Lucy en cueros (sin razón aparente),
como a Gray desnudándose gratuitamente. Sí, al principio hacía gracia, pero al
final el fanservice empezó a hartar, hartar en serio, de hecho fue tan
descarado y falto de sentido que muchos nos quedamos con la idea de que el
autor podría funcionar bastante bien haciendo manga hentai.
Y por supuesto, el romance, si Fairy Tail se
caracterizó por algo es por darle a los fans buenos momentos de romance, de
hecho para ser un shonen se enfocó bastante en las parejas y la mayoría quedo
bien definida desde el inicio. ¿Qué fue lo gracioso del asunto?, que cuando se
llega al capítulo final de todas las parejas si acaso una queda “oficial” y las
demás quedan en el aire; personalmente eso no me molesto, pero me resulta
curioso que siendo prácticamente lo único que te vendían al final no lo
hubieran concretado. Quizás es que ya habíamos tenido el final de Naruto con
parejas y niños y el final de Bleach con parejas y niños así que el autor quiso
hacerlo diferente, ¿qué si funcionó?, bueno, habrá que preguntarle a los fans.
Humor, sí tenía, no del tipo que te hacía soltar
una carcajada, pero si te pintaba alguna sonrisa, ¿historia?, al principio fue
buena, pero conforme nos acercamos al final nos encontramos con el mal de los
últimos tiempos: el nakama power.
El autor creó un malvado tan poderoso rodeado de
personajes tan fuertes que los héroes no podían derrotarlos así que todo se
arreglaba gracias al poder de la amistad. Todo. No es broma.
Luego sucedió algo que nos terminó fastidiando, un
capitulo un personaje moría, se hacía un drama y todos lloraban, al siguiente
capítulo estaba vivo. Y no lo hizo ni una, ni dos, ni tres veces. Al final
cualquier muerte perdía credibilidad, fue como si los lectores ya no creyéramos
nada del drama barato que nos estaban entregando. En Fairy Tail nadie del bando de los buenos muere,
punto.
Y así llegamos a un final que era como cuando vas
en el octavo round, apenas puedes pararte y suplicas que se acabe, que se acabe
por piedad.
Yo le otorgo 7.6/10, sé que dirán que
para un shonen tan grande es una calificación muy baja, pero luego de pensarlo
detenidamente Fairy Tail no me dejó nada.
Fuera de la historia de Erza y Jellal las demás historias del pasado no
me causaron impresión, Natsu no era un protagonista que me inspirara, Lucy
fuera de ser linda y amable no me producía nada. El universo tampoco me pareció
apasionante y aunque al principio algunas parejas me hacían ilusión al final ya
ni eso. En definitiva no volvería a leerlo y sí alguien me pidiera que
recomendara un shonen no lo pondría en la lista.
Que lo pasamos de panzazo, sí, lo hacemos. Creo que
tampoco estuvo tan mal como para reprobarlo y las primeras sagas eran, si bien
no apasionantes, sí muy entretenidas. Así que sí vas a leerlo vete con la idea
de que a partir de la mitad ya no será tan bueno y que puede que sientas que
has chupado un limón al llegar a la recta final. Si estás bien con eso, que disfrutes de tus
más de quinientos capítulos de magia.