Vivir para contarla

Titulo: Vivir para contarla
Autor: Gabriel García Márquez

Para ser sincera este libro debería ser la última reseña de este autor y no la primera, ¿por qué?, porque Vivir para contarla es una autobiografía de este celebre escritor que relata sus peripecias en el mundo hasta que se transforma en un joven adulto. Sin embargo he decidido iniciar con este libro porque, ¡vamos!, ¿quién no conoce a Gabriel García Márquez?

De entrada debo aceptar que escribir una reseña de semejante libro es poco menos que imposible y cualquiera que lo lea me dará la razón, así que si a términos generales nos vamos lo primero que asombra es la inconsciencia de los padres de Gabito (apodo cariñoso para nuestro autor-protagonista) quienes van poniendo la misma farmacia de un lado a otro y teniendo hijo tras hijo.

Gabriel fue el destinado a estudiar y aunque su vocación nunca patinó para esos lados tuvo que conformarse. Ser el número uno de su clase era para él más suerte que otra cosa, dando respuestas de libros para todo y leyendo a escondidas. En matemáticas, por supuesto, no puede salir con sus arrebatos literarios así que los maestros lo pasan como pueden.

La novela presenta una Colombia que ama la poesía, una donde los hombres hablan de libros hasta el amanecer, donde se vive borracho recitando poemas, donde se habla de “usted” cuando la confianza es grande.

Luego la historia da un salto, vemos a Gabriel viviendo amoríos con el periodismo, ser grande pero pobre y una Colombia que esta en guerra desde la Independencia. Mujeres en la penumbra nocturna y amigos de letras en cada momento. Los esbozos de algunos libros tomando forma y algunos como “historia de un naufrago” narrándose completos.

El amor, ¿acaso lo hubo?, apenas algo que medio apretaba a la pasada su garganta.

Yo le otorgo 8/10 Aunque en mi opinión la novela es fascinante para alguien que no es un seguidor de Gabriel podría resultar confusa y no podría apreciar del todo algunos pasajes que en el futuro constituirán futuras novelas. Así pues sólo queda decir: Vivir para leer, ¡y que le aproveche maestro!

“El que se emputa se jode” Frase con la que Gabriel y sus compañeros se calmaban entre sí durante sus arrebatos literarios.