Hija de la Fortuna

Título: Hija de la fortuna

Autora: Isabel Allende

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Eliza Sommers es una huérfana chilena que tuvo la fortuna de ser adoptada por una familia pudiente procedente de Europa, vive una existencia de señorita rica que se le acomoda muy bien hasta que se cruza en su camino Joaquin Andieta, un muchacho con sueños de fama y fortuna que luego de compartir un tórrido y apasionante romance con ella se marcha a California en búsqueda del sueño dorado que ofrece Estados Unidos, pues corren los tiempos de la fiebre del oro.

 Pero Eliza no puede simplemente esperarlo, ¡lo ama demasiado!, así que parte tras él viajando de polizonte en un barco ayudada por Tao Chi’en un médico chino que sin querer se ve enredado en los problemas de la intrépida chica. Apenas llegar a California Tao se da cuenta que en ese mundo lleno de hombres una chica como ella corre grave peligro así que Eliza tira los vestidos, se libera del corsé y se encasqueta unos pantalones vaqueros y unas botas, acaba de nacer “Elías Andieta”

Es así como la modosa señorita que tocaba el piano en las fiestas de sociedad se convierte en un aventurero que monta a caballo y se gana la vida con lo que le sale al paso al tiempo que busca a su amado, lo que ni ella ni nadie se hubiera esperado es qué lo que empezó como una aventura de amor se convierta al final en un encuentro con su propia libertad.

Yo le otorgo 8/10 es un libro muy ligero, ameno y bastante entretenido. Los personajes son entrañables y la pasas muy bien siguiendo a Eliza en sus correrías como un muchacho. El único defecto es el final que en realidad no es un final de ninguna manera, te quedas con una cara de ¿disculpe? Y si bien es cierto que puedes saber lo que sucedió con los protagonistas en “Retrato en sepia” lo cierto es que la manera en la que Isabel Allende cerró éste libro si que te queda debiendo.

Afilo la navaja en una tira de cuero y se cortó el cabello a la altura de la nuca. Su larga trenza negra quedo en el suelo como una culebra muerta. Se miró en un trozo de espejo roto y quedo satisfecha: con la cara sucia y las cejas engrosadas con un trazo de carbón el engaño sería perfecto. Eliza cuando decide salir a la aventura.