Yo no vengo a decir un discurso

Título: Yo no vengo a decir un discurso

Autor: Gabriel García Márquez

                Una vez más me he puesto con el grande de Latinoamérica en esta obra que reúne los discursos que dio durante su vida. Y aunque el título mismo dice que no va a decir un discurso lo cierto es que si lo hizo y más de una vez. 

En estos discursos reunidos durante su vida podemos ver a Gabriel desde que es un chico que da el discurso de despedida en la escuela hasta que termina su último discurso frente a la realeza. Por supuesto, cada discurso tiene una idea diferente; a veces hablar de su carrera de escritor, a veces sobre el cine, amigos, naturaleza, Latinoamérica… la verdad es que sus discursos son más variados de lo que creí al iniciar el libro y para un lector asiduo esconden magia entre sus letras.

Imaginen, estar presentes frente al maestro y de pronto escuchar “… donde de verás sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”. Y entonces remontarte a “Cien años de soledad” a aquella maravillosa frase inicial o tal vez ese final coronado por hormigas. Y si, sé que estoy en todo mi modo fanático, pero no puedo evitarlo.

Algo que me llamó la atención es que García Márquez tenía una fuerte conciencia ambiental y es algo que por lo menos yo nunca note en sus libros (quizás porque estaban basados en otra época, una de frondosa selva y aguas cristalinas). Así que en uno de sus discursos enuncia que “En el caos final de la humedad y las noches eternas, el único vestigio de lo que fue la vida serán las cucarachas”  refiriéndose a cuando el humano acabe con sus ecosistemas. Es curioso porque en una ciudad en la que viví solíamos decir que cuando se acabara el mundo por el cambio climático solo sobrevivirían los de esa ciudad y las cucarachas. (y es que en aquella ciudad del sol lo habitual era estar por encima de los 40°C sin clima y no morir).

También García Márquez estaba en contra de los movimientos bélicos y uno de los discursos que me pareció de los más sentidos termina así: “Y que sepa y haga saber para todos los tiempos quienes fueron los culpables de nuestro desastre, y cuan sordos se hicieron a nuestros clamores de paz para que esta diera la mejor de las vidas posibles, y con qué inventos tan bárbaros y por qué intereses tan mezquinos la borraron del universo”.  En un discurso donde se siente de que cada vez los países avanzados hagan armas más poderosas, de más calibre, más caras, cuando con uno solo de esos misiles podría acabarse el hambre de miles de personas que mueren en los países menos afortunados.

También por ahí cuenta las aventuras que ha tenido con uno de sus mejores amigos y aunque no es nada épico ha resultado de lo más divertido.

En definitiva yo le otorgo 8/10, la verdad es que este libro está hecho para los seguidores de Gabriel, alguien que no sea fanático de sus libros no encontrara gran cosa en estos discursos que a sus lectores nos transporta a un día entre sus novelas.

Para cerrar una frase que me encanto.

“Creo que las vidas de todos nosotros serían mejores si cada uno de ustedes llevara siempre un libro en su morral”