La dama de las Camelias

Título: La Dama de las Camelias/Camille

Autor: Alejandro Dumas (hijo)

            Este libro fue un regalo que mi novio me dio en mi cumpleaños y la primer sorpresa que me lleve fue que el autor “Alejandro Dumas” era en realidad “Alejandro Dumas hijo” y sí, Alejandro Dumas (autor de “Los 3 mosqueteros”) tuvo un hijo que siguió sus pasos cuya obra más conocida es la que nos aprestamos a reseñar.

La obra fue publicada por primera vez en 1848 y está basada en un romance que Alejandro tuvo con Marie Duplessis, una joven cortesana de Paris con una trágica y dura vida que término volviéndose una mujer fascinante para los hombres más adinerados de la época. La obra pertenece al movimiento literario que tomaría fuerza como “realismo” y es un ejemplo bastante demostrativo de como se realizó la transición del romanticismo —propio de la época— a literatura que intentaba mostrar la vida de manera más objetiva.

Con los antecedentes mencionados vayamos a la historia.

Por desgracia no puedo contarles el inicio porque les haría un spoiler tremendo y es que el libro no tiene una dirección lineal y es más bien la historia de tiempos pasados ya en la voz de un personaje, digamos, externo que termina funcionando como el oyente y nuestro coprotagonista que vendría a ser quien narra la historia.

¿Pero por qué nos detenemos con los hombres?, esta historia tiene una sola y deslumbrante protagonista y esa es la Dama de las Camelias.

Margarita Gautier.

Margarita, la protagonista de nuestra historia, es una joven hermosa, deslumbrante, seductora y superficial. ¿Su oficio?, ser una cortesana, pero no, no cualquier cortesana. Margarita es la clase de mujer que se pasea en carruaje, que asiste a la ópera, que luce hermosos vestidos y abrigos de pieles, joyas engalanan su cuello y sus manos.

Las buenas mujeres la envidian. Los hombres se desviven por ella.

Su tren de vida es abrumador, dinero despilfarrado y camelias la siguen allá donde va. Donde esta Margarita tiene que haber un ramo de camelias, de preferencia blancas, pero si no es posible pueden ser rojas.

Está enferma de tuberculosis pero aquello no parece importarle gran cosa, tiene a sus protectores que con dinero le hacen olvidar la tos que la hace estremecerse por la noche. Bella y frágil, superficial y demandante.

Pero entonces, por desgracia, por ventura, para salvarla o quizás para hundirla Margarita conoce el amor en los brazos de Armando Duval, un joven contador que se enamora apasionadamente de ella. ¿Pero puede aquel joven encantador darle la vida a la que está acostumbrada?, ¿consentirá en que siga paseando y viéndose con otros caballeros?, ¿es tan fuerte su amor?, ¿conseguirá apagar sus celos?

En inicio nuestra Margarita es una encantadora criatura a la que parece doloroso amar, pero conforme pasan las hojas es tanta su abnegación, es tanto su amor que te duele en alguna parte del cuerpo y hubieras deseado que Armando Duval nunca se hubiera aparecido en su vida.

Comprenderla es difícil, entenderla es harto complicado para Armando y es ahí donde uno rompe lazos con el coprotagonista pues sí en realidad hubiera amado como proclama a Margarita habría podido sortear todos sus escudos y darse cuenta de la verdad —lo que uno como lector logra desde un inicio.

Esta historia realmente me ha hecho lagrimear, Margarita, pese a su sórdido oficio es en esencia una mujer buena, la clase de mujer cuyas condiciones de vida la colocó en aquel sitio, pero que en el fondo guarda sentimientos sublimes que busca entregar para redimirse a sí misma.

Yo le otorgo 9/10, no escondo que el  coprotagonista me pareció un tonto, hombre que nunca logró ver más allá y que, por encima de todo, lastimó terriblemente a quien tanto decía amar. Lo entiendo, por supuesto, dada la época y las presiones a las que estaba sometido. Pero no puedo evitar pensar que debió ver más allá.

En definitiva un clásico que se tiene bien ganado su sitio, una historia de amor trágica que Teddy y yo recomendamos.