Titulo: Heridas
abiertas
Autora: Gillian Flynn
Editorial: Literatura Random House
Seguimos con el reto “Serendipia recomienda” en esta ocasión con una lectura que no es precisamente mi estilo
(para darle variedad al asunto). Ya hace algún tiempo había mencionado éste
libro en las novedades editoriales de Penguin Random House y el consenso en
goodreads era que se trataba de un libro “extraño” por decirlo de algún modo.
Pero
bueno, la curiosidad mató al gato así que puestos en asunto inicie la lectura.
La trama sigue a una periodista, Camille, una mujer joven y guapa que (siendo
sinceros) no es precisamente la más brillante de las reporteras, aun así su
jefe Curry confía en ella y la envía de regreso a su pueblo natal Wind Gap,
para que siga el caso de una niña perdida, lo curioso del asunto es que ya
antes una niña había desaparecido, una niña que encontraron muerta en el río y
a la que por alguna razón le habían arrancado todos los dientes…
Y
bueno, no voy a contar más de la trama porque se trata de un libro con tintes
de misterio y no quiero echarles a perder la sorpresa, en lugar de eso vamos a
debatir acerca de lo que encontramos en este libro.
Sexo, sexo a
montones, y no me refiero a escenas de sexo explicito (que también hay) si no a
las connotaciones que le dan al sexo en esta historia. Para mí fue simplemente
chocante encontrarme con niñas de trece años teniendo sexo como si fuera la
cosa más normal del mundo y a la sociedad viéndolas como chicas ardientes y
nada más, ¿disculpen?, a los trece años eres una niña. Me dolió mucho ver a las
adolescentes metiéndose con cualquiera, sobre todo porque mi adolescencia fue
la clásica historia de niña juguetona que creía que agarrarse de la mano era lo
máximo.
Me
duele ver que en la sociedad moderna crean que es de lo más habitual el sexo
adolescente, peor aún, un sexo adolescente acompañado de drogas y malicia.
Locura este libro
tiene tanta locura que era como si estuviera en consulta con todos mis
pacientes psiquiátricos uno tras otro, de hecho todo el maldito pueblo estaba
loco y lo más sensato era salir pitando de ahí. Admito que esa dosis tan
enferma de oscuridad tenía su grado de adicción (como un morboso
entretenimiento), pero en serio, el daño que se hacían los unos a los otros era
verdaderamente triste.
Personajes
que no puedes querer supongo que era imposible con esta historia, pero no le tomas
cariño a ningún personaje, de buena gana que se vayan todos al diablo y yo creo
que ni siquiera la autora tuvo cariño o contemplaciones con ellos porque pensó
las cosas más feas que pudieran pasarles y se las aplicó en el final.
En resumidas
cuentas. Es
un libro podrido que no te enseña nada, que insulta tu moralidad, que te hace
creer que el mundo es un sitio triste y sin ilusión en el que al final todo se
va a la mierda y que sin embargo se lee a buen ritmo y generalmente te deja
picado cuando acabas un capitulo.
Yo
le otorgo 8/10, el libro levanta sentimientos, de eso no hay duda, pero creo
que el villano final fue un poco forzado, que sí, que estaba loco, que sí, que
se entiende que podría hacerlo, y la escena cuando se destapa el pastel fue
chocante, pero aun así creo que le falta bastante madurez o locura para lo que
hizo (y fuerza, que aunque me den explicaciones se necesita mucha fuerza para
un asesinato). No sé, era mucho mejor el villano principal que el intento de
sorprender al lector del final; eso es lo que no me gusta de los libros de
misterio.
Otro
de los puntos flacos del libro es que la autora se creó un protagonista
masculino buenorro y agradable que al final ni siquiera tiene la decencia de
dar la cara, eso no pegó con todo lo que nos venía contando de él, que sí,
entiendo que el joven haya querido poner tierra de por medio, pero por lo menos
hubiera esperado que no se esfumara como el humo.